FAE confía en que el Ministerio de Fomento reconsidere sus planes respecto al Aeropuerto de Burgos
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La Confederación de Asociaciones Empresariales de Burgos (FAE) ha puesto hoy de manifiesto su confianza en que la reunión del alcalde de Burgos, Javier Lacalle, con la ministra de Fomento, Ana Pastor, haya servido para evitar que los planes que este ministerio tiene para el Aeropuerto de Burgos, respecto a reducir su tiempo de operatividad 21 horas semanales, no se ejecuten.
FAE espera que el Ministerio de Fomento reconsidere esta decisión, la cual supondría una pérdida de competitividad de tal calibre para las instalaciones aeroportuarias burgalesas, que terminaría conduciendo irremediablemente a su cierre.
La evolución de los datos de pasajeros del Aeropuerto de Burgos, inaugurado al comienzo de la crisis económica, el 3 de julio de 2008, hacen prever que se posicionará como el segundo aeropuerto con más tráfico de viajeros de Castilla y León, pues todo indica que, pese a la importante recesión que padece España, podría alcanzar cifras de 100.000/150.000 pasajeros por año una vez que la crisis comience a remitir. Todo ello teniendo en cuenta que en el año 2009 transportó 27.716 viajeros, y 35.447, en 2010; mientras que en el caso del aeropuerto de León, tres años y medio después de su inauguración, año 2001, sólo se transportaron 24.816 viajeros, y que doce años después ha conseguido la media de 100.000/ pasajeros año.
Por otro lado, FAE considera ridícula la justificación de ahorro de costes con la reducción del horario de las instalaciones, puesto que el mayor gasto del Aeropuerto procede de la amortización de las obras, pago que debe realizarse abiertas éstas o no. Además, se verá perjudicada, también, la importante fuente de ingresos que supone la utilización de las instalaciones para vuelos privados y para los vuelos de escuela de las dos empresas que los ofertan, Good Fly y RAC Burgos, que preparan alumnos de muchas otras provincias españolas. A ello debe añadirse que, de producirse la reducción de horario de operatividad, podría suponer que la empresa Good Fly, que ha apostado con decisión por la aviación comercial en el Aeropuerto de Burgos, se vería obligada a trasladarse irremediablemente a otra ciudad.
Según FAE, no tiene sentido que los dos aeropuertos gallegos (Santiago de Compostela y Vigo), ambos con fuertes pérdidas económicas, no se vean afectados por los mismos recortes que el de Burgos, teniendo en cuenta el enorme potencial de futuro de nuestras instalaciones. Asfixiar al Aeropuerto de Burgos supone mermar, de nuevo, la competitividad de la provincia de Burgos, que desde hace lustros está viendo cómo su histórica ventaja geográfica como nudo de comunicaciones está siendo amenazada de forma permanente por decisiones políticas que afectan negativamente a las infraestructuras de este territorio. Burgos no se merece ser, una vez más, el chivo expiatorio de las infraestructuras.
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