Para el susodicho desfile, no se si la contratarían como ángel, pero para nosotros lo es. La Gigantilla luce todo su esplendor en los bailes que a lo largo del año se marca en las fiestas de la ciudad, y aunque estamos acostumbrados a verla con multitud de faldas y refajos, lo cierto es que también tiene una lencería interior fina. Y si no, véanlo ustedes, porque de esta guisa se encontraba el otro día en el Teatro Principal, cuando unos cuantos enamorados del traje regional, planchaban, cosían y preparaban a los Gigantilos y Gigantones, porque como ya sabrán, mañana día del Curpillos, acompañan en la tradicional fiesta, aunque ella, parecía estar más interesada en lo que ocurría en la calle que en las arrugas de su traje.
Y hablamos de lencería fina, porque la ropa interior de la Gigantilla está realizada con un fino hilo, que nada tiene que envidiar a las lycras, encajes y tules que lucen los famosos ?ángeles? de la firma de lencería en cada desfile. Ellas lo hacen sobre una pasarela, y nuestro ángel lo hace a pie de calle, con aire garboso, con gracia y salero, dando vueltas y dejando entrever sus pololos y enaguas. Porque ya conocen eso de que ?es mejor insinuar que enseñar? y el otro que dice ?detrás de los picos, van los chicos?. Dicho queda.
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