La ciudad de Burgos ha renovado un año más, el voto a San Julián, obispo. La corporación municipal bajo mazas, casi al completo, y presidida por el alcalde, Javier Lacalle, participaban en la Santa Misa en la Parroquia de San Julián Obispo, presidida por el Sr. Arzobispo de Burgos, en cumplimiento del voto hecho por la Ciudad de Burgos a su glorioso paisano San Julián en el año 1.600. Al finalizar la Misa, los asistentes han participado en una procesión con el Santo y la Veneración de la Reliquia.
A continuación, se repartieron los "Julianitos", pinchos de chorizo cocido en vino, para Autoridades, Invitados y Vecinos en la Carpa instalada en los aledaños de la iglesia.
Para terminar la jornada, una Disco Fiesta Móvil con DJ invitó a los más jóvenes y no tán jóvenes a disfrutar con la música.
La tradición atribuye a Burgos la fama de ser el lugar natal de San Julián, el año 1128. Aquí desde luego aprendió sus primeras letras y predicó entre el pueblo hasta que fue ordenado obispo de Cuenca. En el fervor popular quedó para siempre como el padre de los pobres y un infatigable evangelizador.
Es sin embargo desde el año 1600 cuando se le celebra en Burgos, pues con ocasión de una peste la corporación municipal solicita licencia del entonces papa, Clemente VIII, para interceder ante el santo por la salud de los burgaleses.
Desde entonces la ciudad ha venido cumpliendo con el voto, en la persona de su alcalde, todos los años. Esta es una hermosísima costumbre y una tradición en agradecimiento a San Julián que en el barrio se celebra con alegría como una de sus señas de identidad. Tras la misa los asistentes realizaron una pequeña procesión y veneraron la reliquia del obispo.
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