El último Pleno de la Legislatura de Vicente Orden Vigara tuvo anécdota. Antes de pedir silencio a los señores diputados, el todavía presidente de la Diputación, cogía la campanilla con la que realiza la llamada, y la campanilla decía ?no?, es decir no tocaba. Por algún motivo, el ?badajo? de la campanilla se soltaba, como para no querer abrir el que sería el último Pleno de la persona que la ha estado agitando durante 20 años.
Suponemos que la ?protagonista? del hecho no conocía lo que allí iba a ocurrir, pero parece que algo presuponía, porque no tenemos constancia de que esto haya ocurrido con anterioridad.
A partir del jueves, será Cesar Rico el encargado de ?agitar? la campanilla en cuestión y entonces veremos si ?echa de menos? a su anterior propietario o por el contrario no ha notado el cambio.
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