Les explicaron que tendrían que pagarles en metálico, pues tenían mucho dinero para invertir, pero les pedían colaboración para "convertir" grandes cantidades de billetes enmascarados con una tintura negra, a través de un proceso químico con unos productos especiales y unos procedimientos que sólo ellos conocían. Les hicieron una demostración y les prometieron pingües beneficios, aunque para ello tenían que hacerles entrega previamente de una gran cantidad de dinero en metálico.
Al sospechar de que podía tratarse de una estafa, los empresarios alertaron a la Policía, que estableció un dispositivo para el encuentro definitivo que iba a producirse en un piso de nuestra ciudad, momento en el que detuvieron a los dos sujetos, a quienes les fueron ocupados numerosos efectos y productos químicos que llevaban en una maleta para hacer la demostración. Uno de ellos tenía vigente una orden de expulsión de España.
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