El patio de la Casa del Cordón acoge una exposición en la que se pude contemplar el trabajo realizado por los "voluntarios ambientales", iniciativas llevadas a cabo para la conservación del patrimonio natural por la Fundación Caja de Burgos y la Obra Social "La Caixa" a través de su actividad conjunta en las provincias de Burgos, Palencia y Valladolid.
La exposición está formada por 41 paneles explicativos de cada uno de los proyectos de recuperación del medio natural apoyados por ambas entidades en los que se han implicado más de 1.400 voluntarios que han trabajado en actuaciones como la Ecología de la Reconciliación que fomenten la biodiversidad en los entornos humanizados, la mejora de la calidad de las aguas recuperando las riberas, cauces, humedales, fuentes o manantiales, o la investigación y seguimiento de aspectos concretos de la diversidad natural que contribuyan a mejorar nuestro conocimiento y relación con el entorno.
Entre los proyectos que han recibido estas ayudas se encuentran la calidad ambiental del salero de Poza de la Sal, el control de plagas agrícolas en Fuentes de Nava en Palencia y actuaciones de ecología de la reconciliación y mejora del entorno periurbano de Valladolid.
Además, el Aula de Medio Ambiente ha proporcionado formación a todos los voluntarios en sus respectivas localidades, mediante recorridos que ayudan a reconocer la biodiversidad y los putos de interés de los entornos, al tiempo que brinda pautas para su conservación, seguimiento y mejora, una labor realizada por personal especializado en programas de Educación Ambiental para todas las edades en el entorno rural y el medio natural.
La exposición ha sido presentada por Rafael Barbero, director general de la Fundación Caja de Burgos, Jorge Gutiérrez, el director de la territorial Banca Privada y Banca Premier de Caixabank, y Miguel Ángel Pinto, director de las Aulas de Medio Ambiente. Los tres se han mostrado muy satisfechos por los resultados obtenidos y a partir de ahora el reto es que se sigan manteniendo los proyectos recuperados, muchos de ellos, vividos por los abuelos, que conocidos los padres y que ahora se recuperan para los nietos.
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