En Burgos existen 6 zonas reguladas con 53.000 hectáreas
La temporada de setas apenas ha comenzado y los municipios que se encuentran dentro del proyecto MicoCyL dependiente de la Junta de Castilla y León, comienzan a mostrar su preocupación por la llegada de recolectores furtivos que ya han hecho acto de presencia. Ramiro Ibáñez, alcalde de Canicosa de la Sierra, una localidad que sufre este problema, señalaba que ya han llegado "cuadrillas" que a falta de setas, recolectan moras o endrinas, causando al igual que lo hacen con las setas, importantes destrozos en el monte. Ibáñez tiene claro que la regulación es uno de los métodos de evitar en la medida de lo posible la recogida ilegal de setas. Y es que no sólo es la recogida en sí, sino que a esto se suma la forma de recogerlas, destrozando el micelio de las setas, algo que imposibilita que vuelvan a salir en muchos años. La mayor parte de estos furtivos proceden de Rumanía y la única forma de evitar este problema es incautándoles lo recolectado aunque en muchos casos, lo esconden hasta la noche, momento en el que es más complicada su búsqueda. La Fiscalía de Soria ha agravado las penas para estos furtivos cuando lo incautado supere los 400 euros.
La Diputación Provincial, consciente del atractivo que supone esta práctica en la provincia, ha aprobado la propuesta de convalidación de los gastos relativos al expediente de aprobación de la prórroga del Convenio de Colaboración para el desarrollo de este programa dependiente de la Junta. Y es que en la provincia de Burgos, son 6 las zonas de regulación de recogida de setas que abarcan un área de 53.000 hectáreas y que proporcionan a más del 54% de los habitantes del medio rural un incentivo que complementa su economía. Ramiro Ibáñez recordaba que Regumiel y Canicosa se han adherido a esta regulación, así como otros Ayuntamientos lo han hecho dentro del propio Consistorio, una demanda de la Guardia Civil en su lucha contra este problema.
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