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Ganadería: Victorino Martín, dos mansotes, dos que eran infumables, el resto buenos, incluso uno extraordinario.

Juan José Padilla: Su primero fue infumable. Poco pudo hacer con él. Por más que lo intentóm hasta matar se las vio y deseo. Siete pinchazos y estocada caída. Silencio. El cuarto de la tarde, fue otra cosa. Padilla salió a por todas a un toro noble y repetidor. Empezó toreando a porta gayola. Fue un toro que le pudo torear con ambas manos. Finalmente una estocada. Oreja.

Diego Urdiales: en el segundo, le toreo unos magníficos naturales. Con mucho temple. Estuvo magnífico, gustando y gustándose mucho. Pocas veces se ha toreado un Victorino así. Al final una estocada delantera. Oreja. En el quinto se las vio y deseo con un toro que solo buscaba coger. Urdiales demostró tener oficio. La hora de matar es otra cosa, pinchazo, estocada contraria y dos descabellos. Silencio.

El Cid: El primero fue un toro que no estaba mal, pero por mas que lo intentó el Cid fue querer y no poder, tuvo unas series que no cuajaron, pero se agradeció su querer hacer. Lástima la espada pues consiguió un pinchazo y un descabello. Saludos. En el que cerraba plaza un toro que rebañaba y cogió al banderillero, Pirri. El Cid, no tenía ninguna opción, con todas las ganas que tenía de hacer algo, le clavó una media estocada. Silencilo.

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Publicado en: Toros
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