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 Un cazador procedente de  una cacería autorizada en Palencia fue sorprendido en un coto burgalés cazando ilegalmente

El SEPRONA de la Guardia Civil ha abierto expedientes sancionadores a un cazador de 29 años de edad al portar en el interior del vehículo un rifle de caza municionado con un cartucho en la recámara y dispuesto para su uso.

El Seprona de la Guardia Civil de Burgos tenía conocimiento de unas supuestas prácticas cinegéticas no autorizadas, que se llevaban a cabo en zonas limítrofes de las provincias de Burgos y Palencia.

Así el pasado domingo 21 de febrero, último día hábil de la temporada de caza 2015-2016, con ocasión de una batida colectiva de caza mayor debidamente autorizada y desarrollada en la provincia de Palencia, Fuerzas de esta Unidad comprobaban desde la provincia burgalesa como varios perros de rastro de una de las rehalas participantes se adentraba en demarcación de esta provincia persiguiendo un jabalí.

A la vez percibían un todo terreno que a distancia iba siguiendo por los caminos a los perros, siguiendo exactamente la dirección de estos.

La patrulla se dirigió al lugar, un paraje enclavado en un coto de caza mayor de la provincia, interceptando al vehículo e identificando a sus tres ocupantes, al entender que podían encontrarse realizando el ejercicio de la caza.

El conductor portaba en el interior del habitáculo destinado a los viajeros un rifle de cerrojo desenfundado, con un visor adaptado, municionado con cuatro cartuchos, uno de ellos en la recámara por lo que el arma estaba dispuesta para ser disparada.

Uno de los acompañantes portaba un GPS, con el que detectaba la trayectoria seguida por los perros, localizándoles sin dificultad, como en esta ocasión que seguían y perseguían un jabalí.

Por supuestas infracciones a la Ley de Caza de Castilla y León, al portar un arma lista para su uso en el interior del vehículo y por cazar desde su interior, los hechos se han puesto en conocimiento del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en Burgos.

Se ha intervenido el arma, el visor y los cuatro cartuchos.

Modus operandi

El sistema de caza que estaban utilizando consiste en cortar el paso del jabalí perseguido por los perros de rastro. Estos portan un collar localizador, cuya trayectoria es detectada y visualizada por una PDA (GPS) o el propio teléfono móvil, auxiliándose por un vehículo, desde el que se realiza un cómodo seguimiento.

De este modo se puede ver la posición del perro que porta el collar localizador y la ruta a seguir hasta él.

Los perros van siguiendo por instinto durante kilómetros a las piezas de caza, en especial jabalíes. Llegan a salirse como en el caso que nos ocupa de su coto y hasta de su provincia, siempre seguidos por el cazador en su vehículo mediante el dispositivo indicado. Finalmente abate cómodamente la pieza, en ocasiones sin tener que bajarse siquiera del coche.

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Publicado en: Provincia
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