Asegura que, si es alcalde, la Corporación Municipal dejará de acudir a los actos religiosos de la ciudad
El candidato en las primarias del PSOE de a la Alcaldía de Burgos Daniel de la Rosa ha anunciado esta mañana que si es alcalde de la ciudad, la Corporación Municipal dejará de asistir a los actos religiosos que se celebran los días del Curpillos, San Pedro y San Lesmes. De la Rosa recuerda que nuestra Constitución reconoce a nuestro país como un Estado aconfesional, donde las relaciones con la Iglesia Católica deben basarse en el respeto y la cooperación, por lo que considera necesario que se produzca una clara diferenciación entre el Ayuntamiento, que representa a toda la ciudad, y la Iglesia Católica.
Para De la Rosa la mejor manera de respetar la identidad religiosa de todos los burgaleses y burgalesas es mantener una clara diferenciación con las distintas confesiones, respetando las tradiciones y costumbres de la ciudad, pero separándolas de cualquier relación religiosa, que en nada tiene que ver con la sociedad moderna a la que él quiere representar.
El candidato socialista pone como ejemplo más evidente la presencia de la Corporación en el Curpillos, donde autoridades militares, civiles y religiosas desfilan portando bajo palio la hostia consagrada, ensalzando el sacramento de la eucaristía. Para De la Rosa la presencia del Ayuntamiento está fuera de lugar y asegura que la participación de los concejales y concejalas debe limitarse exclusivamente a una decisión personal.
Además, De la Rosa considera que muchos burgaleses y burgalesas no entienden que los concejales y concejalas, por el mero hecho de serlo, tengan sitio reservado privilegiado para estos actos en un actitud que recuerda más la época medieval que el siglo XXI.
Para De la Rosa, la diferencia entre los poderes públicos y la Iglesia Católica debe avanzar en la construcción de una sociedad laica, donde la relación entre ambas instituciones sea simplemente la del mutuo respeto, dejando atrás anacronismos que muchas ciudades e instituciones ya han superado hace muchos años.
Por último, De la Rosa considera que también es necesario que el Ayuntamiento elimine todos los símbolos religiosos de sus edificios, incluidos los del Salón de Plenos. “El respeto religioso pasa obligatoriamente por mantener una total diferenciación con la Iglesia Católica y por preservar la identidad religiosa de todos los burgaleses y burgalesas, sea cual sea” concluye De la Rosa.
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