El pasado 15 de julio, diversas personalidades con acreditado ascendiente moral y político sobre la ciudadanía, entre las que figuran el Premio Nobel Mario Vargas Llosa, el filósofo Fernando Savater, el dramaturgo Albert Boadella y el médico y ex dirigente de Comisiones Obreras, José María Fidalgo, presentaron a la opinión pública el que denominaron Manifiesto de los Libres e Iguales.
En él alertan de los peligros que desde el nacionalismo en general, y de modo más inmediato desde el nacionalismo catalán, se ciernen sobre la convivencia entre los españoles, y que amenazan con “destruir su más valioso patrimonio: la condición de ciudadanos libres e iguales”. El nacionalismo “desprecia el pluralismo social y político, y cuando trata de establecer fronteras interiores arrincona como extranjeros en su propio país a un abrumador número de ciudadanos”.
“Hasta ahora –sigue diciendo el Manifiesto– el desafío secesionista no ha recibido la respuesta que merece. España es hoy un Estado a la defensiva y en sus élites prevalecen el tacticismo y la resignación”. Por tanto, se reclama “al Estado que aplique toda la ley y advierta con claridad de las consecuencias de violarla”, y se pide a los ciudadanos españoles “que trabajen organizadamente por la deslegitimación intelectual y política del nacionalismo y que se movilicen con nosotros en defensa de la comunidad de libres e iguales”.
Estos planteamientos coinciden plenamente con los principios básicos que llevaron al nacimiento de nuestro partido en 2007, por lo que, modestamente, desde UPyD-Burgos suscribimos con entusiasmo el Manifiesto y nos sumamos a la llamada de alerta que se realiza a la ciudadanía. Estamos sufriendo las mayores amenazas a nuestra convivencia de ciudadanos libres e iguales y a nuestra integridad nacional desde el nacimiento de la democracia. Y puesto que nuestras instituciones han demostrado que no están a la altura de las circunstancias y no están respondiendo adecuadamente ante los peligros que sufrimos, se hace perentoria la movilización de la opinión pública, a la que, junto a los redactores del Manifiesto, animamos a que se vertebre y organice, para que no tengamos que lamentarnos mañana de lo que no fuimos capaces de hacer hoy.
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