Quien más o quien menos, ha visto darse la vuelta a un paraguas cuando viene ese desagradable viento incontrolable que tanto molesta.
Ayer, el embajador de los Países Bajos visitó Burgos, y parece que conoce bien la ciudad, su climatología y ese viento, que se hace insufrible cuando cruzas el río porque en su visita a las instituciones de la ciudad, obsequió a las más altas autoridades locales y provinciales con unos originales paraguas, en tono naranja, como es lógico, que según explicó, no se dan la vuelta con el viento. El paraguas, con las varillas más cortas por un lado que por otro, ha sido desarrollado por una universidad del país de los tulipanes y tiene un sistema que le permite un giro cuando el aire entra, de tal forma que lo hace girar al “chocar” con la parte más larga. Esa fue la explicación, o al menos así la entendimos.
Habrá que preguntar a los que recibieron los regalos si realmente funciona o el viento de Burgos no respeta los inventos de los holandeses.
Autor: