El concejal socialista, Carlos Andrés Mahamud, cree que la nefasta gestión del concejal Rebollo está acabando con la paciencia de los usuarios de los autobuses. “No entiendo cómo el alcalde, que ha admitido sin rubor esta situación, no hace nada por solucionar este continuo deterioro”, ha manifestado. Los usuarios están soportando retrasos de hasta 20 minutos que, a juicio del edil, “no son de recibo para quien paga religiosamente su billete y sus impuestos”.
A la nefasta gestión al frente del Servicio Municipal de Autobuses Urbanos en relación con la fallida puesta en marcha del mapa de líneas, frecuencias y paradas se añaden ahora los problemas que padecen los usuarios en los últimos días en cuanto a la puntualidad en las frecuencias.
El Grupo Municipal Socialista manifestó hace meses que un óptimo funcionamiento del servicio pasaba por fortalecer los recursos técnicos y humanos. “A nuestro juicio, ambos tienen carencias importantes y se deben solucionar”, afirma Andrés Mahamud.
Los autobuses andan renqueantes debido fundamentalmente a su elevada edad y a un pésimo mantenimiento, lo que obliga a tener varios buses en el dique seco por sus frecuentes averías. “Es absolutamente imprescindible adquirir 5 buses nuevos al año que posibiliten la renovación paulatina de la maltrecha flota actual”, exige el edil socialista, que insiste en la necesidad de comprar y no alquilar, pues los informes económicos vienen demostrando una y otra vez que es mucho más barato.
El otro aspecto crucial para la buena marcha del servicio son los conductores. Ajustar los calendarios, las libranzas, cubrir las ausencias, las bajas, organizar los servicios extraordinarios,… son tareas arduas que los inspectores de línea tratan de llevar a cabo. Según el concejal, “son tantas las carencias técnicas y tanta la desorganización que está provocando Rebollo, que es un verdadero milagro que el Samyt funcione”.
Con esta situación, al PSOE no le extraña que este 2013 se hayan perdido 900.000 usuarios, pues el precio del billete subió un 35% en la última década y los constantes retrasos e incumplimientos en los horarios son el pan nuestro de cada día.
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