La larga crisis que estamos viviendo presenta un panorama de quiebra de empresas, falta de financiación para nuevos proyectos empresariales, y otros parámetros que hacen que sea prácticamente nula la demanda de suelo industrial. Todo ello, ha acabado con el dramático y progresivo aumento de la lista de personas en paro; que en Burgos, desde el inicio de la crisis, se ha visto incrementada en 19.000 personas.
Esta situación, que afecta a todos los territorios del país, ha hecho que se haya creado una competencia de oferta y demanda de suelo industrial para alojar empresas y crear puestos de trabajo en territorios limítrofes con Burgos, entre ellos Cantabria que está desarrollando una campaña de captación entre los empresarios burgaleses para alojar empresas en su territorio.
La primera proposición que hizo UPyD en su entrada en la vida política municipal en 2011, fue la creación de una Oficina de Captación de Inversiones, que fue aceptada, sin embargo nada se ha hecho en este sentido.
Es importante poner el foco en acciones encaminadas a la creación de empleo y, UPyD entiende como herramienta más útil ofrecer al menos condiciones similares, sino más atractivas, no solo para evitar la deslocalización de empresas burgalesas, sino para atraer otras ajenas a nuestro actual entramado empresarial.
Burgos tiene grandes potencialidades que la pueden hacer atractiva a la hora de alojar empresas tanto por su situación geoestratégica, como por ser la ciudad de Castilla y León más industrializada – con las sinergias que esto conlleva tanto por tener alojadas importantes empresas nacionales e internacionales, como poseer un catálogo de empresas de servicios enfocadas al mundo empresarial – o por apuntar otras potencialidades nada despreciables como tener universidad, la calidad y cantidad de su agua y la magnífica calidad de vida de Burgos.
Ahora debemos preguntarnos que hemos hecho para vender estas potencialidades o si hemos tomado la actitud del refrán español de “El buen paño en el arca se vende” que viene a significar que la calidad de las cosas es suficiente para que se aprecie sin “andar pregonando la mercancía” ni poner interés en venderla.
La historia nos debe servir para analizar si el camino que hemos recorrido ha sido el adecuado o debemos cambiar de rumbo en nuestra ruta. Es por ello el momento de rectificar y tomar diversas iniciativas para alojar empresas y con ello crear empleo y desarrollo económico y social.
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