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La localidad de Sotillo de la Ribera acogió ayer la celebración de la XXXV edición de la Fiesta de la Vendimia con lluvia que obligó a algunos cambios en algunos de los actos programados.
El presidente de la Diputación, Cesar Rico, recordaba a su llegada a la Fiestas el gran recurso económico y de fijación de población que supone el sector vitivinícola de la Ribera del Duero.
Ante la amenaza de lluvia intermitente, la Iglesia de Santa Águeda acogía los actos. El tradicional pregón corrió a cargo de la presidenta de los sumilleres de Burgos, Alba Nelly Rosso, que al igual que el Bodeguero de Honor, el ingeniero José Luis López Gómez, recibieron sus distinciones correspondientes de manos de Cesar Rico y de la alcaldesa de la localidad, Adela Barreiro.
A la salida, y con tregua en el cielo, se realizó la pisada de uva que permitió degustar el primer mosto de la cosecha. Los actos concluyeron con la entrega de los premios de concurso de catas a Alfonso Cuesta, Javier Arroyo y Miguel Ángel Herranz.
La jornada concluía con la paella popular y la actuación del Grupo de Danzas de Villabilla de Burgos.
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