Ayer, la Diputación Provincial celebraba su bicentenario. A la placa que se descubrió por la mañana en el Palacio Provincial y a la exposición del libro que contiene el acta fundacional de la Institución en el mismo Salón, se sumó, por la tarde, un gran concierto. Grande por muchos motivos. En primer lugar porque estaban invitados todos los alcaldes de la provincia, esos sufridos alcaldes que en muchos casos, y como siempre recuerda el presidente de la Diputación Cesar Rico, pierden tiempo y dinero y sacrifican ocio y familia por servir a sus convecinos, una labor no siempre agradecida. En segundo lugar, porque en el concierto participaban seis bandas de la provincia, que durante más de dos horas emocionaron a todos los asistentes que casi, casi, llenaban el Auditorio del Fórum Evolución.
El concierto es para repetir, más aún, cuando la provincia de Burgos tiene una larga tradición en este tipo de música. Me imagino la emoción que sintieron los más pequeños, algunos unos niños, al pisar el escenario del Fórum, casi tanta como la que sentimos los asistentes cuando todos los participantes, las seis bandas al completo, llenaron literalmente el escenario (los trombones de varas tenían que hacer malabares para no lastimar a la fila anterior) para interpretar las tres últimas obras, todos juntos, rondando los 400 cuatrocientos músicos y sobre todo la última, el “Himno de Castilla” de Antonio José.
Felicidades a la Diputación por estos 200 años y felicidades a todos los que ayer participaron en este concierto, que esperamos poder disfrutar de nuevo y no dentro de 200 años…
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