Es extraño ya ver un paisaje como este, un campo de amapolas. Hasta hace unos años, las amapolas y las géminas formaban parte del paisaje habitual de los campos de esta Castilla nuestra. Pero los herbicidas y demás sulfatos, han hecho que estas tierras sean algo inusual, un espectáculo que nos llama la atención, que rompe el verde de esta época, este año un poco más tardía, por obra y gracia de un clima un tanto revuelto.
Y aunque para los agricultores esto no es lo ideal, para nosotros sigue siendo una visión idílica del campo, un verde roto por multitud de manchas rojas en una estación especial que dará paso a los tonos secos y pajizos de los cereales del verano y la cosecha.
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