Estos ingredientes podrían parecer parte de una receta, y lo son, pero no de cocina sino de nevada.
Cuando la nieve nos ¿sorprende?, salen a la calle ciertos útiles que en otras épocas del año se encuentran en la reserva. Y es que cuando este fenómeno meteorológico hace aparición, se produce una situación dispar, porque a los niños les encanta y quieren pisar la nieve (algunos piensan que son los únicos que disfrutan), los mayores temen por su cadera, los coches por su chapa, el personal de limpieza urbana con trabajo extra… vamos, que todo parece que la nieve sólo trae molestias.
Muchos somos los que sin ser niños (es decir tenemos más de 12 años), nos gusta la nieve, disfrutamos con ella y recordamos algunas nevadas gloriosas, de las de más de 30 centímetros, en las que la circulación quedaba cortada, los mayores se quedaban en casa al calor, y los niños hacían “pedretes”, con cubo como sombrero, zanahoria de nariz y la escoba que “mangábamos” a nuestra madre.
Reconozco el trabajo extra para el servicio de limpieza, la rabia del que va a trabajar y tiene que barrer literalmente el coche o el problema del mayor que tiene que ir a por recetas, porque seguro que necesita Sintróm, pero ¡qué caray!, si ya no nieva como antes y cuando empieza a caer lo estamos disolviendo (vamos, como el Sintróm a los trombos…).
Una nevadita no le viene mal a nadie, o a casi nadie, así que alegrémonos porque este fenómeno meteorológico adverso, como lo define la Agencia de Protección Civil y de la Agencia Estatal de Meteorología, AEMET, aparezca de vez en cuando que este verano tendremos agua y eso sí que nos gusta.
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