La capa es una de las prendas masculinas que más señorío da a los que la portan. Son muchos los que la lucen en ocasiones especiales, y sobre todo en invierno, no deja de ser un buen recurso contra el frío. Pero parece que la tradición, que a punto ha estado de desaparecer en algunos años, tiene asegurada su continuidad. El pasado día 17, festividad de San Antón, un pequeño bailaba al calor de las perolas de los titos, moviendo la capa con todo el arte del mundo, por supuesto adaptada a su tamaño, pero con la gracia y salero que hacen prever que su capa seguirá creciendo cuando él lo haga. Otro de los que lucen capa en estas ocasiones, es el concejal Bienvenido Nieto, que orgulloso explica que la prenda era de su padre y que se la bordó un alumno. Toda una joya.
Mañana día de San Lesmes, serán muchos los que la lucirán, y esperamos que como el concejal, pasen de padres a hijos como un tesoro de familia.
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