Parece que por fin alguien se da cuenta de que Burgos existe y eso que no somos Teruel. Pues si, Burgos existe, está en el mapa, tiene historia, arte, patrimonio, cultura, naturaleza y también presume de gastronomía.
La Capitalidad Española de la Gastronomía, para muchos es como un premio de consolación tras la decepción de Burgos 2016, pero no nos confundamos. Nos merecíamos haber sido Capital Europea de la Cultura, pero también nos merecemos ser Capital Española de la Gastronomía. Y es que Burgos lo tiene todo, pero los que paseamos todos los días por sus calles, estamos tan acostumbrados a su belleza, a sus aromas y colores, que parece que tiene que venir alguien de fuera para recordarnos la maravillosa ciudad y provincia que tenemos. Es un lujo, y lo dice alguien que no nació aquí.
A partir de ahora, debemos exportar este lujo, debemos abrir puertas y dar guerra, mucha guerra, porque ya se sabe, “el que no llora no mama”, así que a vender Burgos, y hacerlo entrar, al menos en este año por el estómago, que también parece ser una buena puerta de entrada…
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