Rodrigo Alonso Cuesta nació en Burgos en 1982. Su talento artístico se manifestaba en su infancia y está virtud era imprescindible cimentarla. Ya que ?un artista nace pero se debe hacer?.
Fue a los 12 años cuando empezó su educación artística. Ingresó en la Academia Provincial de Dibujo. Fue aquí en Burgos, su ciudad natal donde hasta los 18 adquirió unos cimientos sólidos de Dibujo que le permitieron superar la prueba de ingreso en la Facultad de Bellas Artes, de Salamanca.
La Facultad charra le abrió el camino a muchas disciplinas artísticas y a explotar su creatividad, algo inherente al ser humano pero que la teoría debe perfeccionar. Continuó con el dibujo y la fotografía y el dibujo. Empezó con la pintura y la escultura.
Su paso por la academia no fue en vano, ya que acarreaba una solidez artística objetiva que en Bellas Artes se amplió y se consolidó.
Los años finales se dedicaban a empezar a desarrollar su obra personal. Pero no eran más que gérmenes, positivos; pero que el tiempo le ha dicho que fue los años venideros al fin de la licenciatura cuando su obra se consolida. Pero esto no debe ser una aseveración para hacer dogma de ella, porque como Rodrigo Alonso apunta, ?si miramos a la historia del arte esta profesión exige de una investigación creciente y continua?.
Su formación no acabó ahí, y que ha asistido a talleres de verano con pintores de la talla profesional y humana como Eduardo Sanz, José María Mezquita, Juan Genovés y Antonio López. Además de los cursos sobre el cuaderno que luego explicará.
Siguió pintando, exponiendo y a pesar de su juventud, su obra adquirió mérito.
Su constante profesionalización le exigía conocer y asistir a cursos de verano con pintores de larga trayectoria profesional, tales como Eduardo Sánz, Juan Genovés y el año pasado con Antonio López y José María Mezquita.
Han pasado cinco años desde que acabó Bellas Artes en los que ha seguido apostando por la pintura. Han sido un tiempo que le ha servido para afianzarse
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