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 El alto rendimiento de las tierras burebanas ha colocado a la comarca en el mejor nivel de producción de girasol dentro del mercado nacional.

Por ello la empresa Pioneer de producción de semillas escogió Briviesca para la entrega de los premios del primer concurso de cosecha de girasol de la provincia de Burgos. El premio al mayor volumen de producción fue para los agricultores burebanos Agustín Gutiérrez y Alfonso Ruiz de Caicedo y La Vid respectivamente.

Aunque inicialmente se preveía la entrega de un único premio el rendimiento casi idéntico de las fincas de ambos, 4.000 kilos por hectárea con semilla PR64A14, llevó a la decisión de premiar a ambos. El agricultor Jesús Villamuera del Valle de Tobalina fue el premiado en la categoría de mayor producción de grasa del cultivo, el 51, 4 por ciento, con una semilla PR63A40.

Hasta no hace muchos años el girasol en la comarca burebana no representaba un cultivo demasiado extendido respecto a los cereales pero esta ha cambiado de forma notable. Por un lado muchos agricultores decidieron alternar en las explotaciones las dos plantas y otros consideraron que el precio de la pipa lo hacía más rentable que el cereal. En el primer caso es ya frecuente ver grandes zonas de cultivo de girasol incrustadas en los campos de cereal que además del rendimiento actúan como cortafuegos en la cosecha de trigo principalmente. Los que han visto la posibilidad de un mayor beneficio en el cultivo del girasol señalan que el gasto en abono y productos fitosanitarios es menor que en el cereal. A esto se añade el alto rendimiento de las tierras de la comarca con lo que a la hora de comercializarlo resulta más viable económicamente. La posibilidad de dar un doble uso a la pipa del girasol, alimentario e industrial principalmente, también permite contar con mercados más abiertos y competitivos que en el cereal.

El uso para la producción de aceite para consumo humano fue durante mucho tiempo el principal destino de la producción de girasol lo que marcaba el mercado de la pipa. Pero el auge de las políticas de energías limpias abrió a este cultivo el importante mercado de los biocombustibles. Así los agricultores contaban con dos mercados donde vender su producción dependiendo del precio fijado por esta competencia. De hecho el alto rendimiento del girasol en la comarca llevó a un proyecto industrial aún en desarrollo para utilizar el girasol en la producción de combustibles ecológicos. La maximización de la inversión en maquinaria agrícola también es un factor señalado por los agricultores burebanos ya que es posible  coordinar las tareas en el campo con la producción de cereal. Así la cosecha de las fincas de girasol habitualmente se realiza una vez terminada la campaña del cereal dando continuidad al trabajo en las explotaciones.

Técnicamente el girasol es un cultivo poco exigente en el tipo de suelo, aunque los arcillo-arenosos y ricos en materia orgánica son los mejores, siendo esencial que el suelo tenga un buen drenaje y la capa freática se encuentre a poca profundidad. Estas características se encuentran en la mayor parte de las zonas de cultivo de la comarca tanto en el tipo de suelo además de la existencia de restos de cultivo cerealistico. El girasol es una de las plantas con mayor capacidad para utilizar los resi-duos químicos aportados por las explotaciones ante-riores lo que propicia un mejor aprovechamiento del suelo y por tanto la rentabilidad de las explotaciones agrícolas se ve incrementada. La cercanía del fin de las ayudas exteriores y el bajo precio final del cereal señala al girasol como un cultivo a tener en cuenta para permitir la supervivencia del sector agrícola en general y en la comarca en particular.

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Publicado en: Provincia
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